El primer trimestre
Las náuseas y los vómitos durante este tiempo hacen  difícil el encuentro sexual. Algunas mujeres sólo experimentan náuseas  al levantarse, pero otras se sienten mal durante todo el día. Las  náuseas se producen por el alto nivel de estrógenos circulante, lo que  ocasiona irritación en el estómago por los ácidos acumulados. 
 Muchas mujeres sienten  preocupación por el efecto que puedan tener estos síntomas en el bebé y  en general están muy pendientes de no perder el control de sus cuerpos  como para estar disponibles para el encuentro sexual. Llega un día en  que la mujer se despierta una mañana sintiéndose diferente y comprueba  con sorpresa que llega al fin del día sin tener un solo síntoma. 
 Otro de los factores que  pueden inhibir el encuentro sexual en este tiempo, es la sensibilidad y  el aumento, a veces exagerado, de los pechos. Muchas mujeres se sienten  incómodas con este cambio abrupto en su esquema corporal. Y si además el  solo roce de la ropa en los senos les produce dolor, es difícil pensar  que sientan a sus pechos como objetos eróticos o que se dispongan a  disfrutar de ellos en el juego sexual. 
 Por otro lado, para aquellas  mujeres con pechos pequeños, el aumento de los mismos puede hacerlas  sentirse orgullosas de su nueva figura y puede resultar además muy  atractivo para sus compañeros. 
 Es conveniente que cualquier  estimulación sea hecha con delicadeza, aun cuando muchas mujeres puedan  haber disfrutado de un contacto más rústico y enérgico antes de quedar  embarazadas. 
 El miedo a perder el bebé  puede tener un marcado efecto en la expresión física de los sentimientos  sexuales y aún en la capacidad para excitarse sexualmente. Si una mujer  ha perdido un bebé o ha tenido pérdidas, estos temores pueden  acentuarse aún más, y puede sentir que el sexo es una amenaza directa  para el bebé. El stress y la tensión harán muy difícil el contacto y  puede suceder que una pareja evite mimarse y acariciarse por miedo a  excitarse sexualmente. Esto es realmente una pena, ya que ambos  necesitan relajarse. Poco se sabe de los efectos del stress en este  tiempo del embarazo pero es razonable pensar que los cambios  fisiológicos que se conocen que ocurren bajo un agudo estado de stress  puedan afectar el desarrollo del embrión. No hay ninguna certeza de que  hacer el amor pueda ocasionar la pérdida del bebe. 
 El cansancio extremo que  algunas mujeres sienten en las primeras semanas de embarazo se debe a  los enormes ajustes que el cuerpo debe hacer en este tiempo, cambios que  no son visibles, pero que son de gran importancia. El bebé estará  formado completamente en miniatura para los tres meses de gestación, y  para ese tiempo también, cada célula del cuerpo de la madre estará  directa o indirectamente comprometida en la aventura de la gestación. Es  posible que la mujer llegue a la noche sintiéndose tan exhausta que lo  único que desee sea acostarse a dormir. Sexo es lo último que ella  desea. 
 Algunas mujeres disfrutan del  sexo enseguida que saben que están embarazadas, ya que pueden  entregarse más libremente al no tener que ocuparse ni de cuidarse y de  intentar embarazarse.
 El segundo trimestre  
Tal vez sea conveniente probar  distintas posiciones. Si la mujer se pone en cuatro patas esto ayudara a  descomprimir la zona lumbar y hará que todo el peso del bebé esté  suspendido sobre el abdomen. También recostada sobre un costado ella  puede regular la profundidad de la penetración y aliviar la zona  lumbar. 
El  tercer trimestre
Alrededor  del séptimo mes los trastornos digestivos como la acidez, harán difícil  permanecer mucho tiempo recostada sobre la espalda, por lo que tal vez  prefiera hacer el amor sentada, usando un almohadón o el respaldo de un  sillón para apoyarse. 
 Las fantasías de una mujer  acerca de su imagen corporal afectan sutilmente sus sentimientos  sexuales. El cuerpo pasa por tan vastos cambios que algunas mujeres  tienen una visión muy distorsionada de los mismos. Pueden sentir que  están más gordas de lo que realmente están, y que sus compañeros las  encuentran feas y deformes, aunque muchos hombres encuentran estos  cambios excitantes y bellos. También la mirada del médico (algunos son  muy estrictos respecto del control de peso), afecta sus sentimientos  sexuales y puede poner un freno invisible al placer en el sexo durante  el embarazo. Esto es particularmente así en aquellos casos donde el  embarazo requiere de cuidados estrictos o de estudios especiales, donde  la relación con el compañero queda en segundo lugar a aquella con el  obstetra. Pareciera que médico y paciente formaran una "pareja" y que la  salud y la vida del bebé dependiera del éxito de esta relación. El papá  puede llegar a sentirse innecesario y hasta un peligro para el feto. Es  importante que la pareja pueda hablar de ésto y que la intervención del  profesional no interfiera en esta especial relación de un hombre y una  mujer que se están convirtiendo en padres. Su responsabilidad con el  hijo continúa mucho más allá del embarazo y el nacimiento y cualquier  cosa que los afecte adversamente como pareja puede tener consecuencias a  largo plazo para su hijo. Los futuros padres tienen que poder ser  capaces de nutrirse mutuamente para poder transformarse en un padre y  una madre capaces, a su vez, de nutrir y cuidar del hijo. 
 Una relación sexual amorosa  puede contribuir al bienestar de la pareja ya que no sólo hace que la  mujer se sienta deseada, sino que la fatiga y el stress se disuelven  temporariamente cada vez que la pareja se acerca sexualmente.  
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario