jueves, 8 de abril de 2010

Toxoplasmosis en el embarazo


Se trata de una infección parasitaria generalizada muy común, causada por un parásito llamado Toxoplasma gondii. Representa peligro sólo cuando se adquiere durante el embarazo o en las personas inmunodeprimidas, afectadas por enfermedades que disminuyen sus defensas contra las infecciones.

Cuando afecta a una mujer embarazada, puede poner en peligro la salud de su bebé.
Más del 80 al 90% de las infecciones primarias son sintomáticas. El periodo de incubación para los síntomas es aproximadamente de una a dos semanas. Por lo general, los síntomas de la toxoplasmosis son parecidos a los de la gripe o a los de la mononucleosis infecciosa, caracterizada por fatiga, dolores musculares, fiebre, y glándulas hinchadas. La infección suele ocurrir sólo una vez en la vida, dejando la persona inmune por el resto de su vida. Sin embargo, el parásito permanece dentro del cuerpo por tiempo indefinido, aunque inactivo y sin producir daños.

Como se transmite y cómo se adquiere la toxoplasmosis

La infección toxoplasmática puede producirse después de comer carne cruda o poco cocida que contiene el parásito, o por la exposición a los excrementos del gato, o aún a la tierra contaminada. También puede ser transmitida por la leche cruda de cabra y a través de insectos tales como moscas y cucarachas que pueden haber estado en contacto con material contaminado como es el caso de los excrementos de gatos.

Los gatos suelen contraer la infección al comer un roedor o un ave infectada. El parásito se reproduce en el intestino del gato y una etapa del parásito acaba en la caja, arena o tierra donde el gato desecha sus excrementos. Esta etapa se vuelve infecciosa en 24 horas y resistente a la mayoría de los desinfectantes. El parásito es capaz de vivir en la tierra durante más de un año, bajo ciertas condiciones de temperatura y humedad. Los gatos infectados presentan una apariencia sana.

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